jueves, 8 de mayo de 2014

Boxing Babylon_Nigel Collins









Algo que me parece muy cómico y con muy poco sentido, es asegurar que el deporte y la literatura no congenian. Creo que esas personas que dicen ser amantes de las letras, mientras desprecian a los amantes de los deportes y los tratan de bárbaros a menos, tienen menos de literatos que de intolerantes. Yo, personalmente, soy seguidor asiduo de dos deportes en particular: el fútbol soccer y el boxeo. Si bien es cierto que no hay miles de libros que traten de estos temas, sí existen algunos bastante buenos, como el que hoy reseño en este espacio.

Después de buscar y rebuscar, encontré un ejemplar de Boxing Babylon en una tienda de libros usados, el cual al parecer, fue descartado por una biblioteca estadounidense, y en consecuencia, llegó a mis manos en inglés, lo que hizo su lectura más lenta pero no por ello menos agradable.

En esta obra, Nigel Collins cuenta varias historias de boxeadores cuyo final fue aciago. Dicho contenido variopinto, va desde historias como la de Stanley Ketchel, campeón mundial de peso mediano, quien fue asesinado por un empleado de su granja, pasando por el suicidio del también campeón mundial de peso mediano Kid McCoy, hasta boxeadores más reconocidos como Sonny Liston, el hombre al que Mohamed Ali arrebató su primer título mundial de peso pesado, quien murió por una sobredosis de drogas. La lista continúa con boxeadores que murieron asesinados, en accidentes automovilísticos, problemas de drogas y, por supuesto, están también los que pasaron a mejor vida como consecuencia de sus peleas en el ring.

Yo me la he pasado fenomenal leyendo esta obra, pero es obvio que para disfrutarla así, se debe gustar de la “dulce ciencia”, pues de otra manera resultaría una colección de mini biografías que difícilmente gustaría a un no seguidor de este violento (pero voluntario), violento (pero hermoso), violento (pero maravilloso) deporte.

Por Luis Fernando Calderón

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