viernes, 7 de noviembre de 2014

La Loba de Francia_Maurice Druon

Al final del cuarto libro de la serie, “La ley de los varones”, dejamos reinando a Felipe V el Largo, al cual no le ha durado mucho el gusto, pues en menos de cinco años lo ha alcanzado la maldición de los templarios, y ha muerto de fiebre y disentería, probablemente una fuerte infección estomacal, dejando el trono, una vez más, sin sucesor directo, pues no ha sido capaz en este tiempo de engendrar un hijo varón, por lo cual asciende al trono su hermano menor Carlos IV. Este es probablemente el más débil y despreocupado rey de la dinastía, y ha dejado el gobierno en manos de su talentoso y muy hábil tío Carlos de Valois, quien ha conseguido que las arcas de la corona se vuelvan a llenar, trayendo un período de prosperidad para la corte, más no así para el pueblo, que sufre de hambre, delincuencia y enfermedad masivas. Al mismo tiempo, se prepara una cruzada contra los musulmanes, que ha servido más para sacar dinero al Papa que realmente para preparar la cruzada en sí misma.

Sin embargo, el hilo central de la historia pasa por la Reina Isabel de Inglaterra, hija de Felipe IV y esposa de Eduardo I, quien ha sido maltratada y humillada por su esposo y sus amantes homosexuales. Un enemigo acérrimo del rey de Inglaterra se ha escapado de prisión e intenta llevar conducir una revuelta para derrocar a Eduardo I y de paso honrar el nombre de Isabel, “la loba de Francia”, de quien está profundamente enamorado.

Amores, guerra, política, intrigas, trampas y venganza, constituyen los ingredientes con los que se cocina esta novela, al igual que el resto de la serie de “Los Reyes Malditos”.

Por Luis Fernando Calderón

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