lunes, 1 de diciembre de 2014

20000 leguas de viaje submarino_Julio Verne





Un clásico de la literatura juvenil, que aunque ya no esté tan joven, bien puedo leer si se pasó mi juventud sin haberlo hecho. El argumento general de esta obra es regularmente conocido por muchas personas, ya que ha sido explotado ampliamente: un misterioso submarino en una época donde una maquinaria así no podía ser más que un sueño.

La cosa va básicamente así: Un ente desconocido ha sido avistado varias veces rondando por los mares e incluso ha causado algunos accidentes a desafortunadas embarcaciones de diversa naturaleza. Se cree que se trata de una especie de monstruo marino, por lo cual se envía un barco a cazarlo, equipado con una tripulación completa, además de nuestro personaje principal, el profesor Pierre Aronnax, junto a su fiel ayudante Conseil. Durante el viaje estos dos personajes caen del barco, junto al arponero Ned Land, y todos son acogidos a bordo del Nautilus, el imponente y fantástico submarino del Capitán Nemo.

Dentro de la nave todo es un misterio. Nemo y su tripulación están pelados con la sociedad y los gobiernos, y han jurado no poner un pie en tierra firme ni utilizar recursos terrestres. Todo aquello de lo que se alimentan, visten y obtienen su energía y demás insumos para su viaje, lo obtienen de los océanos. Durante su estadía en el Nautilus, Aronnax y sus amigos irán poco a poco quedando inmersos en el misterio que lo rodea.

Es un buen libro, como todo clásico debe ser, aunque me resultó bastante aburrido o más bien tedioso en muchos pasajes, en los cuales Verne explota sus amplios conocimientos sobre taxonomía biológica hasta el agotamiento, describiendo decenas de especies animales y vegetales, lo cual le quita ritmo al hilo de la historia. Pienso que podría haberse ahorrado unas veinte páginas evitando esas largas jornadas didácticas.

Por Luis Fernando Calderón

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